sábado, 19 de diciembre de 2015

A ROMANIZACIÓN DA PENÍNSULA IBÉRICA

A ROMANIZACIÓN DE LA PENÍNSULA IBÉRICA
Los romanos llegan a Hispania, no para conquistarla, sino para combatir a unos poderosos enemigos: los cartagineses
            En el año 226 a. de C. Roma y Cartago firmaron un tratado en virtud del cual se repartían su influencia sobre el territorio de Hispania: Roma, al norte del Ebro; Cartago, al sur. Pero se trataba de un acuerdo poco firme. En el año 219 a. de C. se reanudan las hostilidades entre los cartagineses, dirigidos por Aníbal, y los romanos. Hispania se convirtió en uno de los principales escenarios bélicos en el enfrentamiento entre las dos potencias. 
            En el año 218 a. de C. las legiones romanas llegan por primera vez a la Península. La conquista duró doscientos años, hasta que, en el 19 a. de C., las tropas romanas consiguieron someter el último foco de resistencia: cántabros y astures. 
            Durante esos doscientos años tuvo lugar la adaptación al modo de vida romano por parte de las sociedades conquistadas: es lo que se conoce como romanización. Ello supone un cambio de vida en aspectos tan elementales como la lengua, las costumbres, la religión, el urbanismo, el comercio, la administración... Los habitantes del sur y sureste empezaron pronto a aceptar la cultura de los romanos; por el contrario, los pueblos del norte y del interior sufrieron una influencia menor. 
            El latín sustituyó rápidamente a las diferentes lenguas indígenas, que desaparecieron, con la única excepción del vasco o euskera. 
            En cuanto a las ciudades, los romanos aplicaron dos procedimientos: potenciaron las ya existentes, y fundaron colonias propiamente romanas. 
            La colonia es una ciudad creada por las autoridades romanas en un lugar no urbanizado o escasamente urbanizado; podían ser civiles o resultar del asentamiento de soldados licenciados. La más antigua de las colonias romanas fue Itálica, fundada en el 206 a. de C. 
Bajo la dominación romana, Hispania fue objeto de varias divisiones administrativas. La primera división en dos provincias, Citerior y Ulterior, se hizo atendiendo a criterios militares. 
En tiempos de Augusto, Hispania seguía dividida en dos provincias: Citerior o Tarraconensis, y Ulterior, que estaba a su vez dividida en Lusitania y Betica.
Por último, en tiempos de Diocleciano, Hispania estaba dividida en cinco provincias: Tarraconensis, Carthaginensis, Betica, Lusitania y Gallaecia

EL proceso de romanización hubiese sido imposible si no hubiese existido una buena red de comunicaciones entre los distintos puntos del imperio. De este modo, y tomando como punto de partida la propia Roma, comenzaron a construirse las primeras calzadas, elemento clave para el desarrollo del imperio, ya que facilitaron tanto el transporte de mercancías como el imparable avance de las legiones. Los romanos llegaron a disponer de 85.000 kilómetros de calzadas, que recorrían el imperio de norte a sur y de este a oeste. 

 En la construcción de una vía, los romanos procedían de la siguiente manera: 
1.      Trazaban el recorrido que debía seguir la carretera y excavaban dos pequeños canales que eran recubiertos por dos hiladas de piedras, quedando así delimitada su anchura.
2.      Abrían un canal entre las dos hiladas y ponían en el fondo piedras de tamaño mediano sin argamasa (statumen).
3.      Cubrían este primer estrato con una gruesa capa de arena o grava, a veces mezclada con mortero (rudus).
4.      Finalmente colocaban un revestimiento formado por piedras trituradas (nucleus) o por losas de piedra (stratum). 
El grosor total de esta construcción oscilaba entre un metro y un metro y medio. En las vías romanas había cada mil pasos unos monolitos macizos de forma cilíndrica y de unos dos metros de altura, llamados miliarios. En ellos estaba expresada la distancia entre aquel punto y el de partida o llegada de la vía.
En Hispania hay muchos ejemplos de vías con finalidades primordialmente militares. El principal objetivo de los romanos, cuando empezaron la conquista de la península ibérica, fue unir la ciudad de Cádiz, entonces la más importante del sur hispánico, con los Pirineos, punto de entrada por el norte. Las principales vías romanas de la península siguieron los fértiles valles de los ríos Ebro, Duero, Tajo, Guadiana y Guadalquivir, y la ruta natural de la costa oriental. 
            El sentido práctico de los romanos hizo que la romanización fuese también transcendental en otros dos aspectos: las obras hidráulicas y el derecho. 
            En cuanto a las obras hidráulicas, los romanos construyeron en la península numerosos puentes, acueductos y complejos termales. En Lusitania están los mejores puentes del mundo romano, entre los que destacan el puente de Alcántara y el de Mérida.
Los acueductos garantizaban el abastecimiento regular de agua a las ciudades. Su construcción implicaba la conducción del agua desde manantiales alejados de la ciudad. La estructura, que era en su mayor parte subterránea, discurría con una ligera pendiente y era visible sólo en las proximidades de la ciudad. El acueducto terminaba en un colector, a partir del cual una red de tuberías distribuía el agua a los distintos puntos.
La construcción de complejos termales refleja un doble deseo de los gobernantes romanos: embellecer la ciudad y pasar a la posteridad como  benefactores del pueblo. Con los magníficos recintos de los baños la higiene llegó a las masas y se incorporó a la vida cotidiana. Se acudía a las termas no sólo para tomar los baños, sino también para untarse con aceites perfumados, recibir masajes, hacer ejercicio o tomar algún refrigerio.  
            El Derecho es una de las más grandes creaciones del pueblo romano y, mediante el proceso de romanización, una de sus más valiosas aportaciones a la civilización occidental. De toda la herencia dejada por Roma, ningún otro aspecto continúa teniendo una vigencia similar a la del Derecho Romano.
Durante mucho tiempo los romanos se rigieron por preceptos jurídicos inspirados en la costumbre (mos maiorum), que sólo eran conocidos por los magistrados y los pontífices. Ante la protesta de la plebe, una comisión de diez varones (decemviri) se encargó hacia el 450 a. C. de redactar un código escrito, las Leyes de las Doce Tablas, que estuvo vigente hasta el siglo III a. C. A partir del siglo III a. C., juristas y pretores, se encargaron de adaptar las normas jurídicas a las nuevas circunstancias sociales y económicas.
Casi un siglo después de la caída del Imperio Romano de Occidente, Justiniano, emperador de Oriente, emprendió la enorme tarea de reunir en un solo cuerpo general las obras de jurisprudencia romana existentes. Esta obra se dio por finalizada en el 533 d. C., y recibió el nombre de Digesto.
Lo más llamativo del Derecho Romano, a diferencia de otros derechos nacionales, es que no desapareció al desaparecer el poder político de Roma. Desde la Edad Media, en que fue acogido y asimilado por los pueblos bárbaros, pasando por la Modernidad, hasta  el siglo XIX –con el código de Napoleón-,  el Derecho Romano no sólo sobrevivió sino que se extendió a otros continentes. El sistema jurídico que nos legó Roma constituye hoy en día el núcleo del Derecho de todo occidente. El Derecho Romano es todavía una asignatura que deben cursar obligatoriamente todos los estudiantes de Derecho.

TEMA 2: ATENAS " LA CUNA DE LA DEMOCRACIA"

Atenas: “La Cuna de la Democracia”

Atenas llegó a ser una de las ciudades más importantes de Grecia. Se encuentra ubicada cerca del mar de la península de Ática.
Inicialmente, esta polis era gobernada por un grupo de Arcontes (magistrados anuales que desempeñaban funciones de gobierno, militares y religiosas), por el Areópago (consejo de ex arcontes. Controlaban a los arcontes, ejercían como tribunal de justicia y preparaban las leyes) y por último la Ecclesia (asamblea ciudadana en la que se votaban las leyes propuestas por el Areópago).
Organización Social:
-  Los eupátridas o la aristocracia de Atenas.
-  Los ciudadanos, eran hombre libres, obligados a hacer el servicio militar y tenían derechos políticos. También podían adquirir tierras.
-  Metecos, eran personar libres pero extranjeros dedicados al comercio, no poseían derechos políticos y estaban obligados a pagar impuestos.
-  Esclavos.





 
Formas de gobierno:
El gobierno tiránico y oligárquico de la aristocracia se volvió insoportable, provocando malestar  del pueblo, que estaba formado por jornaleros, artesanos y pequeños agricultores. Como estos individuos no tenían ni siquiera el apoyo de la justicia, Dracón se encargó de escribir el primer código ateniense. Pero los desórdenes siguieron, incluso después de haber redactado el código, por lo que Solón es nombrado arconte. Éste estableció la constitución que da inicio al proceso de democratización de Atenas.
Solón dio libertad a las clases populares de la opresión de los nobles, disminuyó el valor de la moneda, dio a los campesinos la propiedad de las tierras y fijó además un máximo reducido a la extensión de tierra que cada ciudadano podía poseer, entre otras leyes.
También, con el fin de limitar el poder de la aristocracia, dividió a los habitantes en cuatro clases censitarias:
-  Los Thetes, la clase que estaba formada por los más pobres, no eran obligados a pagar impuestos ni a hacer el servicio militar, quedando en cambio excluidos de toda función pública.
-  La Bulé, consejo de 400 miembros, encargado de estudiar y preparar leyes, lo que antes era trabajo del Areópago.
-  La Heliaia, era el tribunal popular de justicia civil.
Terminada su obra, Solón, abandonó voluntariamente el poder.

Pisístrato, el tirano, se impuso a los de su clase por la fuerza y tomó el mando de Atenas. 
Este aristócrata tuvo una gran aceptación y apoyo por parte del campesinado debido a la repartición de tierras que se realizó y a su política de obras públicas, que dio paso a mayor trabajo e ingresos a los ciudadanos más necesitados de Atenas.
Clístenes, reformó la Constitución de Solón en sentido abiertamente democrático. Estableció una nueva división en diez tribus, en que los ciudadanos estaban clasificados según su domicilio.
El consejo de Bulé recibió una transformación, elevándose el número de sus miembros de 400 a 500, a razón de 50 miembros por cada tribu, así el poder quedaría extendido en las manos del pueblo, gracias al principio de isonomía.
Además, Clístenes, para evitar la tiranía, propuso es ostracismo. Este sistema decía que cualquier ciudadano que no siguiese el principio de isonomía sería alejado de la ciudad por un período de 10 años

TEMA 2: ESPARTA " POLIS MILITAR"

Esparta: “Polis Militar”

Esta ciudad griega estaba ubicada en el sur de la región del Peloponeso donde hay un angosto valle, limitado por dos cadenas de montañas, el Tayjetos y el Parnón, y recorrido por el torrente del río Eurotas.

Organización Social:

- Los Lacedemonios eran espartanos o espartanas de origen dorio que constituían la clase dominante. Formaban la aristocracia espartana, sólo ellos tenían el rango de ciudadanos y podían ejercer los derechos políticos.
Se dedicaban exclusivamente a las tareas del gobierno, ejercicios militares, a la guerra y a la educación de la juventud.
Cada uno de ellos tenía una pequeña propiedad territorial cultivada por esclavos, que estaban obligados a suministrar a su amo lo poco que necesitaba para su alimentación.
Los espartanos vivían como guerreros en Esparta, ciudad sin murallas, que parecía un campamento permanente; siempre estaban listos para combatir, ya fuese contra sus enemigos externos o contra sus propios súbditos y esclavos que no perdían ocasión de rebelarse contra su tiránico poder.
- Los ilotas o esclavos eran los siervos de la tierra, de la cual no podían salir ni ser expulsados. Cultivaban las propiedades de sus amos, a quienes, como se ha dicho, debían entregar parte de sus productos. Nada se sabe acerca del origen de la servidumbre; probablemente eran, como los periecos, descendientes de los primitivos habitantes que fueron castigados por haber resistido más a sus invasores. 


- Los periecos o laconios, descendientes del pueblo sometido, vivían en aldeas con entera independencia, cultivando la tierra que les producía trigo, cebada, aceite y vino. Reconocíanse como súbditos del gobierno de Esparta, a quien pagaban tributo y servían como soldados en caso de guerra. Eran comerciantes, servían a la industria y a la marina mercante del país.

Organización política:
La forma de gobierno era la de una pequeña monarquía aristocrática.
A la cabeza del Estado se hallaban dos reyes hereditarios, pertenecientes a dos familias dinásticas que se creían descendientes de Heracles (Hércules).
Luego venía el Consejo de los ancianos llamado Jerusía, que estudiaba los asuntos de gobierno y juzgaba las causas de homicidio. Lo formaban ambos reyes y veintiocho ciudadanos distinguidos nombrados por el pueblo por medio de aclamaciones. Los cargos eran vitalicios (para toda la vida).
La Asamblea del pueblo, que en Esparta existía como en toda ciudad griega, era formada por los espartanos mayores de 30 años, y se reunía, por lo general, una vez al mes.
Los verdaderos gobernantes de Esparta eran los Éforos (inspectores). Eran cinco, elegidos cada año por el pueblo. Ello decidían la paz y la guerra, administraban justicia, dirigían las operaciones militares dando órdenes a los reyes o los acompañaban en sus campañas.

Ejército:
Los espartanos fueron los mejores guerreros de Grecia. Eran educados físicamente y moralmente para serlo. Desde la más tierna edad se sometían a ejercicios atléticos calculados con todo método para dar mayor fuerza, energía y flexibilidad a sus músculos, y al cuerpo entero.